Al parecer, un científico y químico germano-noruego (y surfer...) Olars Muchassen, ha logrado identificar el componente adictivo del surfing. Se trata de una toxina localizada en la espuma de la ola que al mínimo contacto produce una serie de endorfinas que ahuyenta cualquier tipo de responsabilidad socio-culturo-familiar en el individuo afectado. En su estudio deja claro que la sobre-exposición a dicha toxina produce efectos irreversibles tales como expresiones verbales del tipo de: "Chacho...no te vi..." "...antes estaba mejó..." ó "...creí que no llegabas..."
Según cuenta, el deterioro físico no es tan importante salvo algún efecto secundario como arrugas prematuras, pieles bronceadas o cabellos castigados.
El científico nos asegura que esta adicción es tan fuerte como la gran mayoría de las drogas conocidas y que, actualmente, no existe cura...
Se han documentado algunos casos de individu@s que tras varios años alejados del surf han recaído con más fuerza aún.
Su consejo es tratar de vivir con moderación esta adicción alternándola con vida social y familiar...
Olars, tras el descubrimiento, dejó su trabajo y se trasladó a Bali. Allí vive en una tienda de campaña ...está (muy) divorciado...y sus hijos no le hablan...eso sí...surfea toitos los días!!!