En uno de mis múltiples viajes alrededor del mundo y en busca de la ola perfecta fui a dar a una localidad costera del continente sudamericano. A pesar de que el pueblo tenía bastantes habitantes aquella playa estaba desierta. Su nombre quiso amedrentarme pero no lo consiguió. Se llamaba La Peligrosa.
El azul de sus aguas era extrañamente brillante...casi químico. El off shore reinante era una suave caricia con cierto aroma a perfumería que empalagaba y adormecía por instantes. Las olas que llegaban perfectamente alineadas en series de siete u ocho rompían de derechas casi infinitas con secciones muy tuberas que dejaban paso a partes más maniobrables acabando en lenguas de arena de tacto tan esponjoso que mosqueaba.
Aunque la sensación al remar era que el océano parecía más sólido que líquido, el surfing que permitía era como si la velocidad, espacio y tiempo del mismo se ralentizaran lo que hacía posible la observación del más mínimo detalle.
Ni que decir tiene que las tres horas sin parar equivalen a años de surf en cualquier spot conocido por el ser humano...
Al irme, las espumas me miraban y el sonido de sus olas parecían desearme mucha suerte y yo como un tonto me marché muy alegre...
Aquella noche el sueño fue tan profundo que ni los mosquitos como helicópteros de la habitación del hotel impidieron el letargo absoluto.
A la mañana siguiente, algo cansado y tras la primera mirada que dedico al espejo del cuarto de baño puedo ver como algunos trozos de piel de mi cara se desprenden con facilidad.
Ligeramente contrariado y temeroso procedo a expulsar líquidos por el pito.
Al palpar la cuca para encauzar la meada noto algo...diferente.Miro hacia abajo y...cagüenlaputaaaaa. Era como si el espíritu de Nacho Vidal estuviera dentro de mí -de lo hinchada que la tenía- y tras breves momentos de alegría por aquello de mi nuevo tamaño, justo cuando mi agüita amarilla abandona mi cuerpo, el escozor que siento me impide mantener los ojos abiertos y me hace soltar un profundo alarido de incesante dolor.
Al terminar de orinar cesa el mal pero comienzo a atar cabos. Pongo la TV y una noticia me termina de iluminar...
"Enésimo vertido nuclear en la playa La Peligrosa...las autoridades sanitarias advierten del peligro...bla ...bla ...bla..."
Ahora entiendo su mirada...ahora entiendo sus palabras ...ahora se porqué le llamaban La Peligrosa....