"Tengo 39 años. Mi pareja no comparte mi pasión. Llevamos juntos mas de quince años y aún pone cara de extrañeza cuando le digo que va a subir la fuerza...pero...te quiero.
Lo siento muchísimo pero tengo un trabajo de mierda con horario partido que apenas me deja un par de horas libres para remojarme. Mis obligaciones con mis hijos no son negociables. Y por si fuera poco esos malditos días de dolor todos los meses tampoco motivan mucho. Aun así busco un hueco...lo necesito.
Nadie nunca me ha regalado el material que uso...un par de tablas y un par de trajes. Tengo cuatro fotos que me sacó mi primo para probar su cámara nueva. Nunca he participado en un campeonato y lo más cerca que he estado de hacerme un tubo ha sido en las pelis y...en mis sueños.
Lo de los viajes a paraísos de olas deberán llegar después de las vacaciones a Eurodisney...tampoco es negociable.
Lo de los viajes a paraísos de olas deberán llegar después de las vacaciones a Eurodisney...tampoco es negociable.
En el agua me enfrento todos los días a veinte seres, tan despreciables o más que yo, que venderían a su madre por una última ola. Normal...
Cuando llego a casa las miradas son dagas envenenadas, a modo de reproches, que desgarran mi cuerpo y contaminan mi alma. Me asfixio...pero...te sigo queriendo.
A las mismas preguntas estúpidas...idénticas respuestas... más estúpidas...
A las mismas preguntas estúpidas...idénticas respuestas... más estúpidas...
Ya no doy explicaciones...sabes quién soy...sabes que soy...
Tengo 39 años...soy mujer...mujer de mar..."
Mapi.